Entrevista Intercomarcal
FLOR-AZORÍN: UN PINTOR EN PLENA MADUREZ
Flor-Azorín, saca de su estudio después de muchos años, una colección extraordinaria de obras, que responden a dos tipos de lenguaje. Uno es su veterana forma de enfrentarse a sus pinturas, con una interpretación personal de la realidad, de la fiesta o de la historia, con una dicción resuelta. Estamos en el cénit de un artista polifacético de innatos valores, que de forma autodidacta y claramente marcado por su oficio de diseñador y de creativo, aborda con madurez, de manera figurativa, los contenidos que aleatoriamente le salen al paso, resolviendo con una técnica colorista y equilibrada, la diversa temática elegida para esta exposición. No deja de ser una pintura intimista porque recoge instantes de su vida, reminiscencias de sus viajes, retazos de sus experiencias festeras y los ejecuta de manera resuelta, contraponiendo las tonalidades cálidas a los claroscuros. Conforma un estilo propio, en el que se percibe la atmósfera en el cuadro. Los efectos de profundidad y perspectiva. Con una forma de pintar resuelta y moderna.
La otra parte de la exposición se sale de lo normal. Flor-Azorín, sin abandonar su estilo propio, investiga y plasma con entera libertad, a través de una serie las tamices geométricas de coloración, otras temáticas no menos aleatorias. Consigue un efecto neocubista, en el que utiliza la triangulación o geometrización, como soporte para tratar cada sector del cuadro con un filtro cromático distinto. Estructura el cuadro con segmentos y figuras poligonales. Crea zonas en las que coloca un cedazo monocromo y cada uno de estos espacios los hace cambiar de color. Al final es una travesura del artista. Y es que el arte es creación libre, muchas veces caprichosa. Flor Azorín con estas recreaciones, consigue efectos expresivos y, en algunas de sus obras, sobre todo las de temática africana, logra resultados sumamente líricos, muy poetizados. Me recuerda los antojos de los cubistas. Ellos modificaban la imagen, superponiendo perfiles y frontales. Juan zonifica y transmuta el color.
Lo primordial es que ha tenido la valentía, a estas alturas, donde muchos prefieren el júbilo y la contemplación, de enfrentarse a sí mismo y colgar sus cuadros ante el público. Mas lo plausible no es la acción en sí misma de lanzarse al ruedo, sino el resultado de la faena, que no ha podido ser más fructífera.
Felipe Ortuño Concejal de Cultura de la ciudad de Yecla
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